La caza de los orangutanes es una actividad que se sigue ocasionando de manera cotidiana en Borneo y Sumatra. Los trabajadores eventuales contratados por las grandes empresas multinacionales, normalmente son de un nivel económico muy bajo que realizan casi cualquier labor a cambio de dinero para mantener a sus familias. Esto quiere decir que no se preocupan por el medio ambiente o por la situación de la fauna o flora de la región; simplemente ven por sus necesidades.

Tristemente, los orangutanes son considerados “estorbos” para poder llevar a cabo sus funciones, por lo que emplean el uso de armas para acabar con ellos, o peor aún, utilizan machetes, palos, venenos o explosivos. Las crías que sobreviven son llevadas a mercados ilegales para ser vendidas como mascotas.

Las crías que sobreviven son llevadas a mercados ilegales para ser vendidas como mascotas.

Kalimantán es una parte de Ia isla de Borneo que está dividida en cinco provincias, en las cuales se efectúan entre 750 y 1800 asesinatos de orangutanes cada año. Ese número es extremadamente alto para una especie en peligro de extinción. Aparte de ello, Indonesia tiene una de las tasas más altas de deforestación a nivel mundial, y el 90 % del hogar de los orangutanes está en peligro; si a eso le aunamos las otras múltiples causas de decesos, podemos concluir que de continuar con ello, no les quedará muchos años de vida en la tierra.

Hace 150 años, había seis veces más probabilidades de encontrar orangutanes salvajes que hoy; esto quiere decir que observar un ejemplar en la selva es muy raro, pero al mismo tiempo sorprendente y alentador. Tal baja poblacional se debe en mayor número a la caza despiadada.

En tales regiones de Indonesia también se capturan para consumo humano. La carne es apreciada por los pobladores que buscan presas fáciles para subsistir en su medio natural. Esto les aporta proteínas necesarias para sus labores diarias. Tal vez para nosotros el hecho de ver imágenes de cabezas, brazos o patas de un orangután sobre la mesa de esas viviendas sea desgarrador y muy desagradable, pero para ellos es parte de su vida cotidiana y un buen manjar para nutrir a sus seres queridos.

Indonesia tiene una de las tasas más altas de deforestación a nivel mundial.

Los grupos conservacionistas han ofrecido iniciativas y peticiones a los gobiernos de Indonesia y Malasia para tener medidas más estrictas de protección hacia los orangutanes. Algunas de ellas se han tomado en cuenta; sin embargo, poderosas empresas también aprovechan el uso de sus influencias y cuantiosas sumas de dinero para comprar permisos y sobornar a altos funcionarios públicos que terminan por conceder todas las facilidades necesarias.

Erik Meijaard quien se ha dedicado a evaluar la magnitud del problema de los orangutanes en Borneo desde hace varios años, afirma que solamente se ha enterado de la detención de dos personas en Indonesia que han atentado contra la vida de los primates endémicos. Aunque ese número resulte una cifra ridícula, es muestra de la realidad.

La ignorancia junto con la pobreza de las comunidades cercanas también es algo que debe tomarse en cuenta antes de emitir juicios en contra de esas personas. La situación que viven no es fácil, pero tampoco se justifica que estén a punto de acabar con una especie única e irrepetible en otra parte del mundo. Es muy probable que ellos mismos no sepan la magnitud de sus actos, y por tal motivo los grupos de conservación entran en acción e intentan llegar a acuerdos que beneficien a ambas partes, lo cual requiere de mucho trabajo.

Caza de Orangutanes
Etiquetado en: